26 julio, 2024

En el vasto tapiz de la historia, los hilos de la ambición y el poder se entrelazan con inquietante frecuencia. Como un dédalo inescrutable, las pulsiones colonialistas y guerreras han marcado el devenir de las naciones a lo largo de los siglos. Y entre ellas, el pueblo inglés destaca como un actor prominente, cuyo apetito expansionista ha dejado una huella indeleble en el curso de la humanidad.

Desde los confines de su pequeña isla, los ingleses se han lanzado audazmente a la conquista de tierras y al dominio de pueblos lejanos. En su imaginario colectivo, el imperio se erige como un símbolo de grandeza y gloria. Sus exploradores, como Cabot y Drake, surcaron los mares en busca de tesoros y riquezas desconocidas, y sus colonias se extendieron hasta los rincones más remotos del globo.

Pero, más allá de los confines geográficos, las pulsiones colonialistas y guerreras también se manifiestan en la psique de los pueblos. La sed de dominio, de imponer su voluntad sobre otros, se ha arraigado en el corazón del hombre. Y en el siglo XXI, un nuevo capítulo se está escribiendo en este eterno drama: el posible conflicto entre Estados Unidos y China.

El canal español Negocios TV nos tiene acostumbrados a debates muy ricos e interesantes sobre geopolítica. En este caso con el análisis de Ariel Umpierrez, economista e historiador especialista en geopolítica, y Lajos Szaszdi, analista en relaciones internacionales.

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