El concepto de mérito es uno que ha guiado a muchas sociedades contemporáneas, particularmente en el ámbito de la educación y el empleo. La idea básica es sencilla: aquellos que trabajan duro y demuestran habilidades excepcionales deberían ser recompensados adecuadamente. Sin embargo, en “La Tiranía del Mérito”, el filósofo Michael Sandel ofrece una crítica profunda y matizada de esta idea, argumentando que nuestra obsesión con el mérito puede tener consecuencias no deseadas y, en muchos casos, injustas. Por Nito Marsiglio.
Una de las principales preocupaciones de Sandel es que la noción actual de mérito está estrechamente ligada a la idea de movilidad ascendente, especialmente en el contexto de la educación superior. Las universidades de élite se perciben como plataformas para el éxito, y aquellos que ingresan y se gradúan de estas instituciones a menudo se ven a sí mismos como merecedores de su éxito debido a su esfuerzo y habilidades. Sin embargo, Sandel señala que muchas de las personas que llegan a estas instituciones ya tienen ventajas desde su nacimiento, como el acceso a una educación primaria y secundaria de calidad, recursos familiares y otros apoyos que muchos otros no tienen.
La consecuencia de este sistema es doble. Por un lado, aquellos que logran el éxito a menudo lo atribuyen únicamente a su esfuerzo personal, subestimando o ignorando las ventajas estructurales que les ayudaron en su camino. Esto puede llevar a una falta de empatía o entendimiento hacia aquellos que no han tenido el mismo éxito. Por otro lado, aquellos que no llegan a las cimas de la educación o del éxito profesional pueden internalizar la idea de que es completamente su culpa, llevando a sentimientos de inferioridad y resentimiento.
Sandel también destaca cómo la tiranía del mérito puede erosionar el bien común. Si todos estamos compitiendo constantemente por un lugar en la cima y creemos que nuestro éxito es únicamente el resultado de nuestro esfuerzo individual, ¿dónde queda el espacio para la solidaridad, la comunidad y el cuidado mutuo?
Por último, es esencial mencionar que Sandel no argumenta en contra de la excelencia o el esfuerzo personal. En lugar de eso, cuestiona una cultura que ha hecho del mérito una obsesión, a menudo a expensas de valores igualmente importantes como la justicia, la equidad y la comunidad. Al desafiarnos a repensar nuestra relación con el mérito, Sandel nos invita a imaginar una sociedad más justa y comprensiva, donde el valor de una persona no se mide únicamente por sus logros individuales.
El trabajo de Sandel está muy bien explicado en el siguiente video: