Desde hace décadas, Argentina ha sido un país que se ha caracterizado por una gran cantidad de programas asistenciales implementados por el Estado. Estos programas, concebidos con la intención de ayudar a los sectores más vulnerables de la sociedad, han sido objeto de un intenso debate en la opinión pública. Algunos argumentan que son necesarios para garantizar una mínima protección social, mientras que otros sostienen que fomentan la dependencia y contribuyen al aumento de la pobreza.
Es innegable que el asistencialismo ha sido una herramienta utilizada por el Estado argentino para tratar de paliar los efectos de la pobreza. Programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o los planes de empleo han buscado proporcionar una red de seguridad social a aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad económica. Sin embargo, es importante cuestionar si estas políticas son realmente eficaces en la erradicación de la pobreza o si, por el contrario, perpetúan una situación de dependencia y desigualdad.
Basado en el análisis socio económico de IDESA, Canal C Argentina, presenta un interesante informe sobre esta cuestión.