27 julio, 2024

Basada en el libro: Raza de víboras, memorias de una novicia, de Sandra Migliore,se realizó este film inspirado en hechos reales que tendrá su estreno en el Cine Gaumont el jueves 14 de septiembre en la sala María Luisa Bemberg a las 12:10, 16:40 y 20:20 horas. Por Nito Marsiglio.

Por años, la Iglesia ha sido un faro de esperanza y moralidad para millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, detrás de esa fachada sagrada, se esconde una sombra siniestra que ha dejado una cicatriz indeleble en la historia de la fe: el abuso sexual por parte de religiosos consagrados, ya sean monjes o monjas, hacia menores.

La magnitud de este escándalo es abrumadora. Durante décadas, niños, niñas y adolescentes han sido víctimas de abusos a manos de aquellos que juraron protegerlos y guiarlos espiritualmente. Los internados religiosos, que deberían haber sido refugios de educación y formación moral, se han convertido en escenarios de pesadilla donde la inocencia es destruida y la confianza traicionada.

La fe no debe ser utilizada como un escudo detrás del cual se puedan esconder los culpables.

La transparencia y la rendición de cuentas son esenciales en esta lucha. Los líderes religiosos deben colaborar plenamente con las autoridades civiles y garantizar que todos los casos de abuso sean investigados a fondo y que se haga justicia de manera equitativa. Solo a través de este proceso doloroso pero necesario se pueden empezar a sanar las heridas causadas por estos actos horrendos.

En esta obra Alberto Lecchi va mostrando el caso particular de dos novicias que sufrieron los abusos de una superiora y el silencio cómplice de las demás monjas.

Incluso aún hoy, a pesar del valor por parte de las denunciantes de enfrentar el doloroso proceso, deben padecer el silencio cómplice también de los altos prelados de la iglesia que recibieron sus denuncias.

La película de Lecchi no solo cumple el rol de su valor como obra fílmica sino también como una vía de denuncia y de memoria para que algún día se terminen los horrores y se logre la justicia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *