22 diciembre, 2024

Este retrato épico e íntimo de la vida de Simone Veil, abogada y estadista francesa, sobreviviente de Auschwitz y primera presidenta del Parlamento Europeo se estrena en cines este 12 de octubre. Por Nito Marsiglio.

Por un instante, olvidémonos de la figura pública, del semblante sereno y decidido que ocupó las portadas de revistas y jornales. Viajemos, en su lugar, hacia la intimidad de una mujer que  fue poseedora de un carácter y de una fuerza que trascienden las páginas de la historia. Estamos hablando de Simone Veil, su número 78651 tatuado en el brazo, recordatorio indeleble de un pasado que, por más oscuro que fuera, moldeó la tenacidad de una mujer que se rehusó a ser vencida por las adversidades. 

Aquella experiencia en Auschwitz no solo fue el bautismo por fuego de una joven Simone, sino el comienzo de una vida consagrada a la defensa de los derechos humanos, especialmente de las mujeres.

Veil, más que política o activista, fue una guerrera. Una guerrera de las ideas, de las convicciones. Y como toda buena guerrera, entendía que los grandes cambios no se logran con palabras huecas o poses para la cámara, sino con acción, con sacrificio y, a veces, con un poco de rebeldía.

¿Cómo no pensar en su lucha por la legalización del aborto en Francia? En un mundo dominado por hombres, en una época en que la voz femenina era relegada, Veil no solo se atrevió a hablar, sino que hizo eco con una resonancia que pocos podían ignorar. 

No se trataba solo de un acto legislativo, sino de un grito de libertad, una reivindicación del derecho de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos.

Decía la gran periodista Oriana Fallaci “Hay mujeres que hablan y hay mujeres que actúan. Pero hay muy pocas, muy pocas, que hacen ambas cosas con la ferocidad y la pasión de Simone Veil”. 

En un mundo de silencios, donde muchas veces prevalece la indiferencia, la historia necesita mujeres como Simone Veil. Mujeres que no se contentan con el status quo, que luchan por un mundo más justo, más igualitario, más humano.

Oliver Dahan, con gran maestría va recorriendo la historia de esta grandiosa mujer entremezclando momentos que relatan su fuerza su tesón y valentía. 

Con una fotografía muy bella y muy cuidada, de Manuel Dacosse, completa de esa manera magistralmente la obra.

“Simone, la mujer del siglo” es una película que nos sumerge en la esencia de las luchas llevadas adelante por el feminismo en el mundo.

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