Una exitosa profesional de análisis de riesgo bancario se encuentra en Tokyo, recién llegada con sus hijos y tratando de acomodarse a la nueva realidad, cuando sucede el mayor desastre natural de la historia de Japón. Por Nito Marsiglio.
El ascenso hacia altos cargos gerenciales a menudo exige una dedicación total y absoluta. Las largas horas de trabajo, los viajes frecuentes y la constante presión por rendir al máximo nivel pueden dejar poco espacio para otros aspectos de la vida. En este contexto, es fácil que la mujer profesional se vea absorbida por las demandas de su carrera, dejando de lado los momentos importantes con sus hijos y su pareja.
La presión por destacar en un entorno dominado por hombres, la necesidad de demostrar su valía constantemente y la lucha por equilibrar la vida laboral con la personal, son solo algunos de los obstáculos que debe superar.
Muchas se encuentran atrapadas en una constante lucha por equilibrar ambas facetas, buscando encontrar un punto medio que les permita alcanzar sus metas sin sacrificar por completo su vida familiar.
Sin embargo, en este proceso, es fácil caer en la trampa de priorizar el éxito profesional sobre todo lo demás.
Alexandra se encuentra sumergida en este terrible dilema. El de una profesional exitosa, que trabaja en una importante empresa bancaria francesa, y el de madre y esposa que siente el reclamo de tiempo por parte de sus seres queridos.
En este contexto llega a Tokyo y al poco tiempo de estar allí sucede el terrible tsunami que provocó el desastre nuclear de Fukushima.
Tokyo Shaking, de Olivier Peyon, es una obra que nos pasea por las relaciones humanas ante las tragedias naturales.
Posee una magistral actuación de Karin Viard, Stéphane Bak, Yumi Narita, Philippe Uchan y Jean-François Cayrey junto con un tempo que nos mantiene tenso hasta el final.
Este drama nos enfrenta a las diferencias culturales entre oriente y occidente, y a valores como el honor, la responsabilidad y los afectos.