21 noviembre, 2024

Flotando en el espacio, presas del mismo movimiento, circulan historias de amor, fragmentadas, retazos de un discurso amoroso. Son voces múltiples que habitan la terminal, deambulan para siempre, sin tiempo, como en una especie de remolino. Estreno nacional del 4 al 11 de abril. Funciones: Jueves 4, viernes 5, sábado 6 y domingo 7 a las 21 horas. Martes 9, miércoles 10 y jueves 11 a las 18 horas. Sala Leopoldo Lugones  (Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530, CABA). Por Nito Marsiglio.

El primer amor, ese tumulto de emociones y deseos que nos envuelve con la fuerza de un huracán, es el preludio de la vida adulta, el despertar de la pasión y la vulnerabilidad. Es el encuentro con lo desconocido, un territorio inexplorado donde las reglas del corazón se escriben con tinta indeleble. En este escenario, cada mirada, cada roce, cada palabra susurrada, se convierte en un capítulo de una historia que se teje con los hilos del deseo y la inocencia.

Sin embargo, detrás de la luminosidad del primer amor se esconde la sombra alargada de la soledad. Es esa sensación sutil pero persistente de estar incompleto, de buscar en el otro la plenitud que nos falta. En medio del éxtasis del romance, la soledad se presenta como una melodía subyacente, un eco que resuena en los momentos de silencio, recordándonos nuestra fragilidad y nuestra necesidad de conexión.

Y entonces, cuando menos lo esperamos, la tragedia se cierne sobre nosotros en forma de abandono. El primer amor, tan intenso y apasionado, puede convertirse en una fuente de dolor insondable cuando la persona amada decide partir, dejando un vacío en el alma que parece insuperable. El abandono nos confronta con nuestra propia vulnerabilidad, con la efímera naturaleza de las relaciones humanas y con la inevitabilidad de la pérdida.

En este magnífico contexto se suscribe La Terminal de Fontan. En la noche, o a veces la madrugada, la hora de  los olvidados, del abandono, de la nada. Los ómnibus parten, y parten, y de esta manera nos dejan una sensación de pérdida , de abandono.

La última obra del cineasta Gustavo Salvador Fontán, a través de tomas realizadas en la terminal de ómnibus de la localidad de La Falda, con un entramado poético, nos va relatando en este ensayo, los padeceres del alma.

La terminal de Gustavo Fontán, es un ensayo poético que nos deja con un sabor a melancolía, por la temática abordada, y a la vez con el goce de haber disfrutado de lo puro del Arte.

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